Este 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón. Esta fecha tiene el objetivo de concientizar a las personas sobre la importancia de llevar una vida saludable para prevenir las enfermedades cardiovasculares, siendo estas la principal causa de muerte en todo el planeta, según la Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con la doctora Mónica Jaramillo, cardióloga del Hospital Universitario Fundación Santa Fe, diversos estudios de investigación han demostrado que un estilo de vida saludable previene entre el 75 al 85% de los eventos cardiovasculares. La realización periódica de chequeos médicos también es fundamental.
“Estar alerta y sospechar de estos signos es clave. El ahogo, por ejemplo, se suele asociar a enfermedades respiratorias como la neumonía, el asma, el EPOC, pero es de los síntomas principales de esta enfermedad cardiovascular. Un paciente con falla cardiaca no tolera estar completamente acostado y suele dormir con varias almohadas para evitar la falta de oxígeno en la noche”, explica la doctora Jaramillo.
En línea con esto, American Heart Association entrega 7 recomendaciones:
Mantener el peso adecuado: Alcanzar un peso saludable y trabajar por mantenerlo puede mejorar la salud del corazón. Enfermedades como la obesidad tienden a generar una frecuencia cardíaca más rápida, alterando la tensión arterial. Esta también puede causar una angina de pecho o un infarto.
Hacer ejercicio de forma regular: Se recomienda hacer de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio intenso por semana. De esta forma el corazón se vuelve más fuerte y requiere de menos esfuerzo para bombear la sangre oxigenada.
Dieta balanceada: Una dieta rica verduras, frutas, granos integrales, productos lácteos bajos en grasas, aves, pescados, legumbres (frijoles o guisantes secos), aceites vegetales no tropicales, nueces y semillas tiene efectos muy positivos sobre la salud cardiovascular. También debe limitar el consumo de sodio, dulces, bebidas endulzadas con azúcar y carnes rojas.
Controlar el colesterol: El colesterol malo se acumula en las paredes de las arterias, formando una placa que dificulta la circulación de la sangre que llega al corazón, requiriendo un mayor esfuerzo de este. Para reducir el colesterol se debe eliminar de la dieta las grasas trans, aumentar la fibra soluble y comer alimentos ricos en Omega-3.
Vigilar la presión arterial: La presión arterial alta, o hipertensión, hace que el corazón y las arterias se esfuercen más de lo que deberían para hacer su trabajo. Las sociedades científicas han establecido que el diagnóstico de Hipertensión Arterial se establece cuando los valores de Tensión arterial son iguales o superiores a 140/90 mmHg1. En la mayor parte de los pacientes esta es asintomática, por lo que su revisión periódica es fundamental.
Reducir el azúcar sanguíneo: Un adulto saludable que no tiene diabetes debería tener un valor inferior a 100 mg/dL. Si su nivel de azúcar en la sangre en ayunas es entre 100 mg/dL y 125 mg/dl, se considera que tiene “prediabetes” 2. La prediabetes puede conducir a la diabetes y esta concentración de azúcar en la sangre, llamada hipoglicemia, puede dañar los vasos sanguíneos que llevan sangre a órganos vitales.
No fumar: El tabaquismo acelera la frecuencia cardíaca, contrae las arterias principales y puede ocasionar alteraciones en el ritmo de los latidos del corazón. Todo esto interrumpe el funcionamiento normal del órgano, requiriendo un mayor esfuerzo del músculo. Es una de las causas principales de las enfermedades cardiovasculares que afecta al fumador y a aquellos expuestos al humo.
En Colombia, 2.3% de la población cuenta con esta afección crónica que no permite al corazón bombear la sangre de manera eficaz. Es decir, se trata de casi 2 millones de colombianos que, sin ingresar a un tratamiento, pueden tener un 50% de posibilidad de muerte a los 5 años de presentar síntomas, de acuerdo con Jaramillo.