Discusiones sobre la priorización de los recursos, presupuestos incompatibles y estrategias de gasto que no se ajustan entre sí, suelen ser las diferencias más comunes entre dos personas que tienen una relación sentimental y que tienen que hablar de temas relacionados con el dinero para planear viajes, pagar arriendos, asumir responsabilidades compartidas y establecer prioridades individuales.
Hablar de finanzas con los seres queridos, especialmente con la pareja, puede parecer un reto. El dinero tiene cierto tabú y, ponerlo como discusión sobre la mesa, pareciera ser una antesala de malentendidos. Dicho lo anterior, lograr transparencia y respeto entre las partes y sus inamovibles, se convierte en un reto a superar con reflexión y preparación.
Según Irina del Mar Nieto, Líder del programa de Educación Financiera de Financiera Progressa – Progressa Financieramente – estar preparados para responder preguntas como ¿cuentas conjuntas o separadas? ¿cómo debieran gestionarse los recursos cuando los ingresos no son similares? ¿qué hacer para que mi pareja se alinee a mis objetivos y mi estilo financiero? debe ser prioridad individual y colectiva de la relación con el objetivo de garantizar la estabilidad financiera de las partes, mientras construyen experiencias.
“Hoy más personas están comprendiendo que los ingresos, los hábitos de administración, su idea de ahorro e inversión y, por supuesto, el endeudamiento de cada uno, impactan su bienestar como individuos y como pareja” destacó la Candidata a Master en Behavioral Economics.
De acuerdo con una publicación del Banco de Desarrollo de América Latina, CAF, titulada “La educación financiera debe tener en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres”, Un experimento realizado en Holanda muestra que las mujeres saben menos de temas financieros que los hombres, pero saben más de lo que creen que saben.
“Por esta razón es crucial que los programas de educación financiera se enfoquen en aumentar la autoconfianza de las mujeres y que, a nivel de la política pública, se incorpore el enfoque de género en las estrategias nacionales de educación financiera de los distintos países de América Latina que están adelantando esfuerzos de coordinación y cooperación entre los sectores público y privado”, destaca el documento.