El microcrédito en Colombia sigue consolidándose como uno de los principales mecanismos de inclusión financiera y dinamización económica.
Según el más reciente boletín mensual de Asomicrofinanzas, entidad que agremia a instituciones que ofrecen servicios financieros y no financieros a los micronegocios en Colombia, la cartera bruta de microcrédito alcanzó los $24,1 billones al corte de septiembre de 2025, lo que representa un crecimiento real del 6,5% frente al mismo periodo del año anterior.
El comportamiento fue especialmente positivo en las zonas urbanas, donde la cartera llegó a $16,6 billones, con un crecimiento del 7,0%, mientras que en las rurales se ubicó en $7,5 billones, registrando un aumento del 5,4%. Este resultado refleja el dinamismo de los micronegocios urbanos, así como la recuperación gradual de la actividad económica en las regiones.
Las capitales de la región sur oriente y del Caribe encabezaron el crecimiento. Leticia fue la ciudad con mejor desempeño, al registrar un aumento del 33,2% en su cartera bruta real de microcrédito, seguida por Puerto Carreño (26,7%), Mitú (22%), Riohacha (18,8%) y Sincelejo (16,1%). En términos de expansión de clientes, Barranquilla lideró con un 9,2%, mientras que Inírida (6,2%), Sincelejo (3,4%), Riohacha (2,5%) y Villavicencio (1%) también mostraron avances importantes.
No obstante, el crecimiento no fue uniforme. Ciudades como Popayán (2,1%), Bucaramanga (2,6%), Bogotá D.C. (4,4%), Arauca (4,4%) y Pereira (4,5%) registraron los menores incrementos de cartera bruta. Además, algunas capitales presentaron una reducción en su base de clientes, siendo Bucaramanga (-10,9%), Pereira (-10,3%) y Bogotá D.C. (-9,3%) las más afectadas.
“El microcrédito sigue siendo un vehículo fundamental para el progreso económico local. Su expansión refleja la confianza en los emprendedores y la capacidad del sector para adaptarse a nuevos contextos sociales y productivos. No obstante, en las capitales del país enfrentamos el reto de seguir ampliando la cobertura hacia micronegocios más pequeños, fortalecer la productividad, la formalización y ofrecer soluciones de crédito más inclusivas que respondan a las realidades urbanas”, afirmó Maria Clara Hoyos, presidente ejecutiva de Asomicrofinanzas.
De acuerdo con el gremio, el positivo comportamiento de la cartera en lo corrido de 2025 permite proyectar que el sector microcrediticio cerrará el año con un crecimiento real cercano al 10%, el cual se consolidaría como el nivel más alto en los últimos siete años. Sin embargo, persisten desafíos relacionados con la consolidación de la base de clientes, la diversificación de productos hacia colocaciones de menor monto y la necesidad de fortalecer la educación financiera.
Inseguridad: Un desafío para las microfinanzas
Pese al avance del microcrédito, la inseguridad y las alteraciones del orden público continúan siendo un reto estructural para las entidades microfinancieras en varias regiones del país. De acuerdo con el reporte de Asomicrofinanzas, entre el 2024 y 2025 se registraron 577 casos relacionados con situaciones de orden público que afectaron la operación de las instituciones asociadas, especialmente en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca, Huila, Nariño y Antioquia.
Entre los incidentes más frecuentes se reportaron presencia de grupos armados ilegales (281 casos); restricción de ingreso y delincuencia común (155); otros casos [Vía cerrada, paro de transportadores, atentados, acción terrorista, paro armado y retenes ilegales] (91); extorsión, amenazas y panfletos (88); y secuestros o retención de funcionarios (48). Estas situaciones han impactado directamente la posibilidad de realizar visitas de campo, gestionar cobros o acompañar procesos de crédito en algunas zonas rurales y urbanas del país.
El departamento del Cauca se posicionó como el más afectado, concentrando 148 reportes, seguido de Valle del Cauca (69), Huila (64), Nariño (61) y Antioquia (47). La presencia de grupos armados y las restricciones de movilidad se mantienen como los principales factores de riesgo, lo que ha llevado a las entidades microfinancieras a adaptar sus estrategias operativas y de seguridad, fortalecer los canales digitales y reforzar la capacitación de su personal en gestión de riesgo.
Asomicrofinanzas destacó que, a pesar de estas dificultades, el sector mantiene su compromiso con la atención a poblaciones vulnerables y zonas de difícil acceso, promoviendo la inclusión financiera en territorios donde el microcrédito es una herramienta clave para la estabilidad económica y la generación de ingresos.





