La entidad financiera lanzó Commercial Cards, una solución global de BBVA Pivot que se integra con la solución de SAP Concur para incrementar la transparencia, facilitar el cumplimiento de políticas, minimizar errores y optimizar los procesos de control y onitoreo.
BBVA, una de las principales entidades financieras del mundo, cerró un acuerdo global con SAP Concur para ofrecer un servicio de tarjetas corporativas que permitan una gestión del gasto con visibilidad de punta a punta: se trata de BBVA Pivot Commercial Cards, ya disponible en ocho países, incluyendo Argentina, México, Colombia, Perú y Uruguay.
“La gestión de gastos de empleados y los pagos a proveedores suelen asociarse con procesos tediosos, con bajo nivel de automatización y políticas poco claras”, señaló Sergio Ortega, Head of BBVA Pivot Commercial Cards de BBVA. “Lo que ofrecemos es una solución que, a partir de una tarjeta corporativa para los empleados, permite a las empresas identificar rápidamente dónde se hizo cada gasto, qué cantidad se gastó, en qué fecha, hora y lugar y con qué proveedor”, agregó.
Esta propuesta simplifica lo que, en líneas generales, es un tipo de gasto que se hace en efectivo o con tarjetas personales y son muy difíciles de controlar y gestionar: el propio colaborador lleva los recibos a la empresa para que sean posteriormente liquidados o reembolsados, hay una enorme actividad manual en el medio y numerosas brechas para que se produzcan desde errores humanos involuntarios hasta posibles picarescas / fraudes.
“La pandemia potenció todas estas complicaciones: en la era del teletrabajo, el ejecutivo no tiene muy claro a quién debe entregar todos los recibos, cuál es la mejor vía para hacerlo ni cuándo va a recibir el reembolso del gasto en caso de haberlo realizado con su tarjeta personal”, detalló Ortega.
Con BBVA Pivot Commercial Cards, el primer beneficiario es el propio empleado, que ve simplificado el proceso pago -al disponer de la tarjeta corporativa no necesita usar efectivo ni la tarjeta personal-, y de liquidación -al no necesitar conservar los recibos en la mayoría de los casos (en función de las legislaciones locales)-.
Las ventajas se expanden hacia las áreas financieras, que pueden controlar y auditar los gastos de manera sencilla. También hacia los responsables de compras, que tienen ahora la posibilidad de conocer a fondo quiénes son los proveedores, cuánto se les consume y negociar mejores tarifas corporativas. Y, por supuesto, las áreas de RRHH o de compliance, que poseen una herramienta potente para detectar operaciones anómalas.