La reducción de suelo disponible dentro del perímetro urbano de la capital, sumada a las restricciones del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), está impulsando una relocalización creciente de proyectos logísticos, centros de distribución y plantas de producción hacia municipios como Funza, Mosquera, Cota y Zipaquirá, donde el desarrollo de infraestructura industrial encuentra condiciones más favorables.
De acuerdo con Fernando Bermúdez, CEO de Bermúdez Constructores, la oferta de terrenos industriales en Bogotá ha disminuido de forma notable en los últimos años, lo que ha elevado los precios del suelo urbano y generado, en consecuencia, un desplazamiento natural de la inversión hacia zonas con mayor disponibilidad, mejor conectividad vial y procesos normativos más ágiles.
Esta migración responde también al auge del comercio electrónico, el crecimiento del transporte y la manufactura, sectores que demandan cada vez más espacios amplios, flexibles y con vocación logística.
De acuerdo con GlobalData (2025), la industria de la construcción en Colombia crecerá 1,6% en 2025 y mantendrá una tasa promedio anual del 5,1% entre 2026 y 2029, impulsada por inversiones en infraestructura productiva, transporte y energía. Este panorama refuerza el potencial de la Sabana como nodo clave de atracción de capital y empleo.
Los municipios aledaños ofrecen ventajas competitivas que hoy resultan decisivas: menores costos por metro cuadrado, licencias más rápidas, disponibilidad de servicios públicos y acceso directo a las principales autopistas nacionales. Estas condiciones han favorecido el desarrollo de bodegas modulares, centros logísticos y parques industriales planificados, diseñados para optimizar operaciones y reducir tiempos de distribución.
“En los últimos cinco años, la construcción de infraestructura industrial en la Sabana se ha duplicado, evidenciando un cambio estructural en el modelo de crecimiento regional. Solo en el último año, la mayoría de los nuevos proyectos industriales se han concentrado fuera del perímetro capitalino, especialmente en los corredores estratégicos del occidente y norte de Bogotá”, señaló Fernando Bermúdez.
La tendencia, según analistas, continuará en los próximos años, impulsada por la ubicación estratégica de la Sabana, la disponibilidad de suelo y la articulación público-privada que ha permitido mejorar la planeación y la dotación de servicios. Sin embargo, los retos persisten: la infraestructura vial, los tiempos de licenciamiento y la coordinación entre municipios siguen siendo factores críticos para sostener el ritmo de expansión.
Desde la perspectiva técnica de Bermúdez Constructores, uno de los desafíos centrales es equilibrar el desarrollo entre Bogotá y su área metropolitana. Para lograrlo, se requiere promover la renovación de suelos subutilizados dentro de la ciudad y fortalecer las políticas de planificación metropolitana, de modo que la expansión industrial no se limite a una reacción al encarecimiento del suelo, sino que responda a una estrategia integral de desarrollo económico sostenible.
La transformación del suelo industrial ya está en marcha y todo indica que la Sabana de Bogotá continuará liderando el nuevo ciclo de crecimiento productivo del país, convirtiéndose en un eje estratégico para la inversión, la logística y la competitividad nacional.





