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Renegociar el TLC es perder beneficios

Colombia y Estados Unidos tienen un TLC tratado de libre comercio que ya tiene 11 años de vigencia. Antes, Colombia tenía el ATPDEA que generaba incertidumbre pues todos los años había que esperar para determinar si se extendían las ventajas arancelarias, limitando la continuidad de los negocios. Eran beneficios de una sola vía. Hoy con el TLC hay acceso a 10.500 partidas arancelarias, antes eran 5.500.

La canasta exportadora colombiana ha mostrado una sustitución macrosectorial. Mientras en 2012 el sector minero-energético (ME) representaba el 71% de lo que se vendía a EE.UU., en 2022 bajó al 47%. Por su parte, el sector no minero-energético (NME) pasó de representar el 29% en 2012 al 53% en 2022 y en el primer semestre de 2023, ascendieron al 63%.

Según cifras de la DIAN, el TLC ha permitido que aumente en 24% el número de empresas que exportan a Estados Unidos. En 2012 eran 3.053 y en 2022 fueron 3.772 empresas.

Desde su negociación, ambos gobiernos establecieron mecanismos de revisión para poder abordar diferencias que surjan entre las partes y que se hace a través de la Comisión Administradora del TLC. Allí las partes pueden proponer acciones que mejoren las cláusulas dinámicas del acuerdo como reducción de aranceles, cambio en reglas de origen, el anexo de contratación pública y emitir interpretaciones sobre el acuerdo. En la negociación se acordó que no se pueden hacer cambios en cuanto a tiempos, montos y porcentajes para subir aranceles.

Si dentro de la Comisión Administradora no se solucionan las diferencias, es posible un proceso de renegociación. En este escenario, hay que tener en cuenta el principio de reciprocidad. Si Colombia busca aumentar aranceles, Estados Unidos puede pedir lo mismo para productos colombianos, lo cual puede ser muy arriesgado para las empresas nacionales.

Una renegociación del TLC requiere de la voluntad de los dos Gobiernos y en el caso de Estados Unidos, también se necesita aprobación de su Congreso. Teniendo en cuenta las elecciones que se avecinan en EE.UU. y sus temas de política interna, no se ve que exista un interés de renegociar con Colombia.  En cambio, sí hay posibilidades de revisar el acuerdo.

Si Colombia desea renegociar el Tratado con Estados Unidos, es importante que el país conozca con precisión cuáles son los temas que quiere cambiar y tener en cuenta que un aumento en los aranceles a productos que hoy importamos desde EE.UU. podría generar incremento de precios y ser un nuevo golpe en la lucha contra la inflación.

Para el caso del maíz, mencionado por el presidente Gustavo Petro, Colombia apenas produce 1,2 millones de toneladas de los 6,5 millones de toneladas que consume anualmente tanto para consumo como para insumo de alimentos como el pollo, el cerdo y el huevo. Previo a la entrada en vigencia del TLC con EE.UU. los principales proveedores de este producto eran Argentina y Brasil, procedencia que cambió gracias al menor arancel desde Estados Unidos.