La nueva novela de Antonio Ungar, Eva y las fieras (Anagrama), retrata a esa Colombia de finales de los años noventa, una historia desgarradora que se debate en la guerra que fomentó el Estado entre paramilitares, militares y guerrillas.
En una barca a la deriva, en lo más profundo de las selvas del Orinoco, Eva se desangra y entre el sueño y la vigilia se pregunta si será encontrada, si llegará viva a una orilla, si su destino es entregar su cuerpo a los picos de los buitres. En la ciudad está su pasado remoto, del que ha sabido huir a tiempo. En el último puerto está lo vivido hace poco, y ahí también, esperándola, todos los que la quieren: su amante y su hija Abril.
Ambientada en la Colombia de finales de los años noventa, desgarrada por la guerra que fomentó el Estado entre paramilitares, militares y guerrillas, esta historia puede leerse como una metáfora de un país condenado a repetir sus errores y a empeorarlos, pero también como un viaje hacia el interior del alma de Eva, vida terca que, como la de la selva, se niega a callarse. Basada en hechos reales ocurridos en Puerto Inírida, entre el 17 y el 21 de noviembre de 1999. Escrita en una prosa nítida y contundente, la novela le propone al lector ser Eva entre las fieras y, como ella, jugarse la vida por los demás, que acá somos todos.