“El 2024 será un año de complejidad en distintos escenarios, tanto económicos, políticos, sociales y empresariales. Un panorama que no habíamos visto en años pero que requiere, más que nunca, de un proceso de concertación permanente entre el sector público y privado, dejando a un lado ideologías y poniendo al frente, como prioridad, el bienestar de los colombianos.
Desde la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia hemos consolidado en cuatro grandes escenarios frente a los cuales nos enfrentaremos en 2024 y que permitirán a los empresarios tomar decisiones más asertivas, estratégicas y con visión de reactivación y de viabilidad en el largo plazo.
Aunque teóricamente el Gobierno cuenta con mayorías en el Legislativo, no le ha sido fácil la aprobación de sus propuestas en donde inclusive congresistas afines en campaña han comenzado a alejarse.
A lo anterior se suma el período de ajuste económico tras el rebote de crecimiento pospandemia y que pondrá los pies sobre la tierra en términos de crecimiento económico. Analistas nacionales e internacionales calculan que en 2024 el crecimiento será de entre 1,2% a 1,5%.
La inflación, aunque se proyecta que disminuya a 9,8% en 2023, no lograría alcanzar su meta de 3% y descendería a aproximadamente 4% en 2024, pero siendo sujeto a presiones adicionales relacionadas con el Fenómeno del Niño.
También hay que tener en cuenta que aún no se llega al punto de equilibrio en el precio de la gasolina y está anunciado el proceso de reajuste en el precio del diésel y de los peajes que no aumentaron en 2023, por lo que estos elementos seguirán pesando en la lucha contra la inflación.
En el mercado laboral, se estima un menor dinamismo en la generación de empleo como resultado de un debilitamiento de la actividad económica, lo que llevaría a un incremento en la tasa de desempleo hasta 10,3% en 2024, de acuerdo estimaciones del Banco de la República.
Si bien desde el Gobierno, y con insistencia, se ha llamado al Banco a comenzar a enviar señales tempranas para reducir las tasas de interés, derivado del incipiente éxito en la reducción de la inflación y como mecanismo de reactivación económica, hasta el momento el Emisor no considera que los factores macroeconómicos estén dados para el proceso de reducción de tasas.
En esta medida la inversión privada se mantendrá ralentizada, la creación de empleo seguirá a marcha lenta o estancada y el gasto de hogares seguirá limitado afectando todo el ciclo de consumo en la economía.