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Economía colombiana en camino hacia su recuperación

La economía colombiana iniciará su recuperación más sostenida en la segunda mitad del año. Según el más reciente informe de Situación Colombia, realizado por el equipo de BBVA Research, se está pedaleando la reactivación económica y se espera un crecimiento del PIB de 1,8% en 2024 y de 2,8% para el próximo año.

“El ciclo de moderación del crecimiento, que inició a mediados de 2022, tendrá un punto de inflexión en el segundo semestre de este año”, asegura el informe económico.

Para consolidar la reactivación será clave activar la inversión en maquinaria y equipo, las exportaciones y la construcción, tanto a nivel nacional como regional. Con estas inversiones, se allanará el terreno para que la economía pedalee mejor la recuperación económica y la cuesta no sea tan elevada.

Además, unas políticas enfocadas a las regiones tendrán dos efectos complementarios: ayudará a la recuperación económica del país y promoverá la convergencia regional. Según los datos del Dane, analizados por el equipo de economistas de BBVA, el 60,3% del PIB nacional se concentra en cinco regiones con grandes heterogeneidades entre los departamentos del país.

Asimismo, el crecimiento anual seguirá acelerándose hasta variaciones superiores al 3% en al menos dos trimestres de 2025. Para llegar a estos resultados, además de la progresiva aceleración del consumo de bienes y la inversión, la economía se favorecerá de algunos efectos base (bajo crecimiento de años anteriores) y los mayores inventarios de vivienda que se formarán durante 2025.

“El comportamiento de la demanda externa neta será determinante en los resultados del crecimiento. En 2024, cuando la demanda interna esté débil todavía, contribuirá positivamente al PIB. En 2025, el impulso de la demanda interna a las importaciones llevará a un aporte negativo del saldo exterior neto”, aseguró Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research.

En cuanto al comportamiento del gasto de los hogares, se acelerará hacia los bienes (mientras que se moderará en los servicios). Es decir, el liderazgo en el consumo de los hogares pasará a los bienes, mientras que entre 2022 y 2023, el gasto estuvo impulsado por los servicios. Las menores tasas de inflación y de interés apoyarán estos gastos.

“La inversión tendrá tres momentos. A corto plazo, las obras civiles seguirán en terreno positivo y el mejor consumo de bienes impulsará la producción industrial y el gasto en maquinaria. A finales del año, las edificaciones no residenciales se reactivarán gracias a la baja vacancia comercial. Luego, las mejores ventas de vivienda de este año impulsarán la construcción de las mismas en 2025”, explicó Mauricio Hernández, economista de BBVA Research.

En este contexto, el empleo tendrá un deterioro adicional en 2024, para empezar a recuperarse en 2025. Los retrocesos más marcados se darán en los sectores de hoteles y restaurantes, en línea con la desaceleración del consumo de servicios, y en agro, un sector que consideramos tuvo una aceleración temporal al inicio del año y moderará su dinámica a lo largo de los siguientes trimestres.

El informe de Situación Colombia prevé que, en 2024, el gasto público liderará el crecimiento, mientras que el entretenimiento, aunque desacelerándose, seguirá teniendo un resultado favorable. De otro lado, la construcción mostrará alguna recuperación, pero aún en terreno levemente negativo durante 2024.

Por su parte, en 2025, los sectores de industria y de construcción acelerarán su recuperación, liderando el crecimiento junto con el Gobierno. La minería pasará a positivo gracias a la demanda desde la construcción, pero moderada por un menor crecimiento del sector petrolero. Los sectores de servicios, excepto el entretenimiento, se acelerarán respecto a 2024. Finalmente, los servicios públicos destacarán durante 2024 y 2025.

En cuanto al gasto del Gobierno se mantendrá elevado, condición que no se ha revertido, y con un alto componente inflexible. Se requieren medidas de flexibilización de gasto, más estructurales, que eviten tener que recurrir a la inversión como variable de ajuste del gasto.