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El Gimnasio Campestre transforma el modelo preescolar

El colegio Gimnasio Campestre inaugura el nuevo edificio de preescolar, una obra con la que se beneficiarán alrededor de 400 estudiantes de preescolar y primaria baja.

Este proyecto, que incluye 2.630 m² de nueva infraestructura para los más pequeños, hace parte del Plan Maestro de Infraestructura del Colegio iniciado hace unos años con una importante proyección e inversión.

“En este nuevo preescolar se hace tangible, desde la infraestructura, esa idea del pedagogo Loris Malaguzzi, que concibe el espacio y el aula como el “tercer maestro”. Un niño encuentra su primer maestro en la familia; el segundo, en el profesor, pero el aula y los espacios circundantes son claves para el aprendizaje, sobre todo, si han sido diseñados con propósito e intencionalidad educativa como lo es esta nueva planta de preescolar.”, enfatizó Ignacio Osuna Soto, Rector del Gimnasio Campestre.

Además afirmó, “Los espacios invitan al descubrimiento, al juego, al recogimiento, a tantos otros momentos y didácticas que hoy, con la infraestructura lograda, se pueden proponer de forma intencional y consciente en pro del desarrollo integral de cada alumno”.

Las nuevas instalaciones diseñadas por el ex alumno y arquitecto Felipe González-Pacheco Mejía, abarcan múltiples aulas, zonas verdes y laboratorios de aprendizaje, enmarcados por una cubierta ancha, irregular, curvilínea, envolvente y verde (con plantas vivas), incorporando elementos esenciales de la pedagogía y la enseñanza con tendencias arquitectónicas marcadas por la versatilidad y la generosidad de los espacios, y el manejo y la proyección de la luz natural en cada uno de estos, generando un ambiente idóneo en el que los alumnos aprenden y se divierten en un espacio que en sí mismo está concebido como un gran parque.

“Es un edificio para descubrir. Hace referencia a una montaña, al dibujo universal de una casa; se convierte en un tablero de juego para que los estudiantes se lo apropien desde el principio y a su manera, pero también las profesoras tienen un lugar en cada parte del edificio y su sala de trabajo está en el centro, para que funcione como un panóptico desde donde pueden observar casi todo y estar siempre presentes”, aseguró el arquitecto González-Pacheco.