En 2024, la Fundación Alpina reafirmó su compromiso con el desarrollo sostenible de la agricultura campesina, familiar y comunitaria, consolidando procesos donde las personas son el motor, fortaleciendo medios de vida, mejorando la seguridad alimentaria y promoviendo la transición agroecológica en diversas regiones del país.
Con una intervención integral, anclada en la sostenibilidad social, ambiental y productiva, la Fundación Alpina impulsó iniciativas replicables que hoy son referencia de transformación territorial.
Durante el último año, se transformaron profundamente los territorios rurales. Más allá del crecimiento institucional, se generaron impactos tangibles en las condiciones de vida de cientos de familias campesinas. Mediante procesos centrados en la equidad de género, la participación activa de las comunidades y la innovación social, se fortalecieron capacidades locales que hoy impulsan la resiliencia y la sostenibilidad de los pequeños productores y sus familias.
Resultados 2024: logros que fortalecen nuestra misión
Cada número que se presenta a continuación representa una historia de cambio, una oportunidad creada y una meta alcanzada. El 2024 fue un año de acción, crecimiento y esperanza para cientos de familias rurales.
937 participantes de 7 municipios con medios de vida fortalecidos, de los cuales el 61% son mujeres.
100% de los participantes iniciaron procesos de transición agroecológica en sus fincas.
47 % de los participantes hacen parte de esquemas asociativos fortalecidos, con fines comerciales.
62% aumento promedio en los ingresos de las familias participantes
28 aliados estratégicos fortalecieron nuestro ecosistema de cooperación.
Proyectos en 5 departamentos: La Guajira, Cauca, Santander, Antioquia y Vichada.
Estos proyectos han sido posibles gracias al trabajo conjunto con 28 aliados, con quienes hemos sumado y multiplicado recursos, aprendizajes y conocimiento. Esta colaboración ha sido clave para explorar nuevas formas de cooperación, generando condiciones que impulsan transformaciones más sostenibles y que aportan valor a las comunidades en los territorios.
Con una mirada integral del territorio y un enfoque centrado en las personas, se desarrollaron proyectos que respondieron a los desafíos sociales, económicos y ambientales de comunidades rurales e indígenas. Las iniciativas se enfocan en restaurar ecosistemas, fortalecer la autonomía económica de las mujeres, consolidar modelos asociativos y promover prácticas agroecológicas sostenibles. Cada uno de estos procesos fue construido con las comunidades, respetando sus saberes, su identidad cultural y sus aspiraciones de bienestar, contribuyendo así a transformar realidades desde la raíz